Algunas chicas muerden

Ellos me mataron. Ellos me curaron. Ellos me cambiaron. Claro, la vida de un estudiante graduado no era precisamente glamurosa, pero era la de Merit. Ella estaba bien hasta que un vampiro deshonesto la atacó. Pero solo tomó un sorbo antes de que otro asaltante de sangre lo asustara, y éste decidió que la mejor manera de salvarle la vida era convertirla en la no muerta viviente. Resulta que su salvador fue el maestro vampiro de la Casa Cadogan. Ahora ha cambiado el sudar por su tesis por aprender a encajar en una mansión de Hyde Park llena de vampiros leales a Ethan Sullivan. Por supuesto, como un vampiro alto, de ojos verdes y cuatrocientos años, tiene siglos de encanto, pero lamentablemente espera su gratitud y servidumbre. Pero una alergia incómoda a la luz del sol y la actitud de Ethan son la menor de sus preocupaciones. Alguien todavía está afuera para atraparla. Su iniciación en la vida nocturna de Chicago puede ser la primera escaramuza en una guerra, y habrá sangre.